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Reseña: Las poseídas

Título: Las Poseídas.
Autora: Betina González
Año de publicación: 2013

Sinopsis: Una chica nueva, Felisa Wilmer, ingresa en un colegio religioso para niñas en la zona norte de Buenos Aires. Recién llegada de Londres, Felisa se convierte en el centro de atención por su actitud rebelde y su mal comportamiento, rodeada además por el aura “poética” que le dan sus aficiones artísticas, su perfecto inglés y su carácter tan impenetrable como independiente. Al menos así la ve López, la narradora, que no tarda en hacerse amiga suya. Las dos chicas viven entre las leyendas más o menos escabrosas que se cuentan en voz baja sobre el pasado del colegio y algunos peligros más reales que se encuentran en sus cercanías. Pero poco a poco López irá descubriendo la historia de Felisa, que vive con su abuela, después de la muerte de su madre en un accidente, y las razones de su comportamiento excéntrico y suicida, como si estuviera “poseída” por personas de su entorno.

Al hablar de este libro, el tercero de los tres que compré en la feria del libro, no puedo evitar hacer un comentario sobre la autora, Betina Gonzalez. Sí, es una escritora argentina, y me sorprende y fascina en partes iguales leer una obra maestra de la mano de una patriota, ganadora del VIII Premio Tusquets Editores de Novela, por esta obra en particular, las poseídas.
Me emociona haber encontrado una escritora de mi país que deslumbre con una narrativa tan original y llamativa, algo poética, algo sarcástica, y muy atrapante. En fin, es una pequeña obra maestra, y por eso decidí hacer una reseña sobre la novela que me tuvo fascinada últimamente.

Las poseídas es una novela, como muchas otras, con la dictadura como un oscuro trasfondo, que mezcla los géneros gótico y policial, y tiene como tema principal la “pérdida de la inocencia”.

La historia comienza con la narración de López, una joven de clase media, que nos cuenta lo ocurrido en el colegio de monjas al que asiste, después de la llegada de Felisa, el enigma que todos tratan de resolver.
Con su narración, López se traslada a años atrás, cuando las alumnas de la escuela católica se debaten entre la virginidad o la condena, y en cómo ella elige el estigma de la puta antes que el de la virgen.
Aquí es donde el contenido militar aparece, con la visita de las alumnas prodigio a una escuela militar, en donde López nos cuenta sobre la pérdida de su virginidad.
En la escuela, como en todas, encontramos a las raras, a las populares, y a las que siguen a las populares, y un extraño halo de misterio que la rodea, coronada por una serie de eventos extraños que se suceden hasta el final de la historia.


Creo que es una novela que genera un debate interno en el lector, sobre todo si es adolescente y del género femenino. Además de cumplir esas dos condiciones como lectora, también cumplo con una tercera: asistir a un colegio de monjas.
Siempre me gusta leer sobre como son percibidas desde afuera este tipo de instituciones, y la verdad creo que en este caso la autora supo encarnar con precisión la opinión más común sobre los colegios de monjas.

Es una historia muy divertida y que mantiene el misterio y la curiosidad en todo el transcurso de la trama, además de poseer ese toque sobrenatural que me encanta ver en todos las historias que leo, encarnado en la aparición de fantasmas y espectros de otros mundos.

Creo que es una novela perfecta para el público de mi edad, y también para el público adulto, ya que aborda un tema de gran interés en general, como lo es la pérdida de la virginidad o la pérdida de la “inocencia” en todos los sentidos de la palabra.
Me gustó mucho y lo recomiendo a todos los que quieran disfrutar de una narrativa singular y un estilo de escritura diferente al que generalmente ofrece el mercado.  

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